“(…) Cuanto menos aceptemos a nuestros padres, a su cultura, su educación, su carácter, país de origen, religión, etc. menos impulso para compensar vamos a tener, menos gusto para el trabajo, para la entrega a los demás, para el compromiso. Y por lo tanto tampoco el entorno nos compensará, la abundancia pasará de largo.

La abundancia, la prosperidad es una respuesta sistémica del movimiento  el espíritu al respeto incondicional para con los padres, al  gradecimiento incondicional a lo que viene con ellos: cultura, país, nivel económico, lengua, ideología, etc. Agradecimiento a la vida como es.  Respeto y aceptación de todos. De todos significa incluso de los que dan miedo, rabia o repugnancia, y sobre todo de ellos.”

Tomado de “El dinero es amor que fluye”, BERT HELLINGER

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